miércoles, 24 de septiembre de 2008

HACE TIEMPO...SOLAMENTE GRACIAS






POR CRISTINA MEDINA



¿Cuánto hacía que no escribía para mi blog?...hace tiempo, lo último que subí fue precisamente comentarios sobre el deceso de mi abuelo paterno, en ese entonces estaba aún en la espera de mi tercer bebé, Luis Adriel, proceso que si bien había sido un poco raro -como el anterior- esperábamos llegaría a su término. Sin embargo empezaron las complicaciones, primero unos dolores muy raros y fuertes que se originaban aparentemente en la boca del estómago, al grado de que al llegar la desesperación por no poder controlarlo con el medicamento indicado, empezaba jornadas de lágrimas y lo siguiente, camino al IMSS para que me canalizaran y administraran medicamento más fuerte.

No puedo más que reconocer la atención tan acertada del Doctor Pedro Velderrain, quien se convirtió en un ángel protector enviado directamente de Dios para con nuestra familia, porque fue quien atinadamente diagnostico que el problema se debía a una excesiva producción de lodos biliares, palabras más, palabras menos, el experto es él, lo que a su vez me había provocado inflamación del páncreas...etcétera; aunado a las medicinas, el Doctor me dijo que era necesario seguir una dieta rigurosa -y vaya que la seguí- para evitar que me diera con tanta frecuencia ese dolor tan molesto; para ese momento me advirtió que mi presión arterial la percibía un poco más elevada de lo normal, pero que esperaba que al seguir la dieta, ésta no aumentara.

Sin embargo, aún con todo y mi cerrada de boca, porque llegó el grado en que pensé...dieta...mmmm...dieta, híjole pues que de una vez me digan que sí puedo comer!!! porque me parecía que nada se me permitía, en mi mente me imaginaba a menos que pan y agua -ya sé, si, imaginación al fin- bueno, pese a la dieta estricta, más que estrictísima, de pocas pulgas!!!, la presión siguió su camino hacia donde no debía y sí, empezó el medicamento para tratar de controlarla para evitar llegar a una enfermedad que quizás llegué a escuchar pero que me era completamente indiferente: preeclampsia.

La definición, pues no soy quien para dar datos técnicos pero lo que sí me quedó claro, de todo el rollo que el Doctor Velderrain me aventó cual papiro egipcio, era que estaba en peligro la vida de mi bebé y la mía, recuerdo vagamente que hasta me dijo que en términos porcentuales ésta era una de las principales causas de muerte materna...solamente me quedé con cara de ¡¿Juat?!, acaso me hablaba a mi el Doctor?; más aún...pues no estaba aún joven para tener complicaciones tan severas?...la realidad, nadie queda exento. Por ello con medicamento, dieta -sí!! la misma dieta, corregida y aumentada!!!!- esperábamos poder superar más de 34 semanas de embarazo, nuestro anhelo, llegar a las 40.

Con un planteamiento completamente realista de parte de nuestro ángel doctor, sabíamos que la situación no pintaba para nada favorable, para empezar el producto era varón, aquí vaya que el género importa, las mujeres son más fuertes en caso de nacer prematuramente -para quienes me conocen deben recordar que Joshua nació pretermino también- en fin, se trazaron el plan A, B, C...todos con un cierto patrón, la situación podría salir de control no teniendo control mi presión y siempre el punto medular era, riesgo de quedar mal, de que el bebé presentara complicaciones y sí, la muerte.

La presión no cedió lo que llevó al doctor ángel guardián y considerado sobre todo amigo de la familia a decidir que tenía que internarme, la vía más segura, aunque habrá quienes no piensen igual, el IMSS; unas llamadas de su parte a amigos doctores que laboran en la institución en San José del Cabo permitió que se me atendiera de inmediato, fue un viernes en la noche cuando ingresé, 6 de junio -en mi mente pensaba que al día siguiente sería Día de la Libertad de Expresión y que no lo festejaría con mis amigos hablando mal del Gobierno, de que si hay o no ley mordaza...en fin, todo lo que se comenta en ese día específico- la noche fue surrealista, había ingresado con la presión 100/160 y de ahí ya no me acuerdo porque cada 20 minutos me la checaban y cada 20 minutos le ponían más medicamento al suero o de plano me daban pastillas -en mi vida había tomado tanto "inche" medicamento!!! por Dios!!! me choca!!!!- pero lo peor, empecé con un cuadro gripal, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, en plena área de toco, no lo podía creer!!!! apenas si podía respirar, afortunadamente los doctores ángeles guardianes del IMSS, Jorge Licéaga and Company, así como las enfermeras hicieron que no fuera tan pesada la noche, por una parte no me podían dar medicamento para la gripe porque elevaría aún más mi presión arterial, de plano salada la amiga!!!, como no podía respirar bien, la presión seguía alta y la verdad no tenía sueño estuve mirando el lindo techo de esa zona...escuchando claro lo que decían doctores, enfermeras...hasta que de pronto amanecí, escurriéndome la baba lo que indicaba que al menos "sin querer queriendo" me había quedado profundamente dormida.

La mañana siguiente pintaba para que me dijeran que me quedaba internada de una a dos semanas más, para darle tiempo al bebé de crecer un poco, esa mañana llegó el ángel Doctor Alberto Acosta, también alguien querido para nosotros -fue quien trajo al mundo a Joshua- quien nada más al verme me dijo: por lo visto a ti te encantan las emociones fuertes verdad??, para de inmediato proceder a la valoración lo que lo llevó a decidir al traslado inmediato a la capital del Estado, para que fuera inmediatamente atendida porque el diagnóstico era ýa preeclampsia severa, si, la presión nunca bajó, al contrario, subió. Procedió a hacer todo el papeleo, ver que si estaba el chofer de la ambulancia, la enfermera, mi familia, pues a quien le avisaban -y yo sin celular, vaya!! completamente incomunicada, ni chance tuve de tomarme una foto estando internada!!!- y de pronto, iba en camino a toda máquina rumbo a "La Pá, donde se va la lú y se acaba el gá"...era un movedero en ese carro que si no salió el bebé en el camino fue porque Dios nos cuidó en todo momento.

Ese sábado 7 de Junio en el IMSS, ya en La Paz, me dijeron que me iban a operar, la esperanza era que una vez el producto afuera la presión volviera a su nivel normal -en otro momento daré detalles de las "patoaventurasIMSS"- al nacer el bebé -de quien no tenían certeza de que sobreviviera- pensaban que estaría de una a dos semanas internada, si el producto sobrevivía, requeriría quízás de mayor tiempo para recuperarse, la incertidumbre de la Doctora García, Ginecóloca que me atendió era tal, que no quería hacerme la salpingoclasia, precisamente porque no se sabía cómo iba a reaccionar mi hijo.

Ahora que recuerdo todos esos momentos...tan reales aún, tan lejos y al mismo tiempo inciertos, desconcertantes porque tengo la ligera sensación de que fue un mal sueño, una peda con cruda al mismo tiempo, solamente puedo decir gracias Dios.

Tengo presente las palabras que le dije a la ángel doctora y al cirujano, cuando me preguntaron la primera ocasión si estaba segura de querer operarme: claro que estoy segura porque sé que todo va a salir bien, porque sé y tengo la certeza de que Dios habrá de obrar a través de sus manos para que todo, mi hijo y yo salgamos bien.

El amor de Dios es tan grande, no tenemos, no podemos medirlo, pero si puedo dar testimonio de que es real, de que es cierto, de que pese a no ser nosotros perfectos sabe, conoce y nos da esa fuerza extra que necesitamos. En mi mente solamente pensaba, completamente tranquila, que si era mi momento, que si Dios me tenía que llevar y también a mi bebé, que lo hacía por ser precisamente lo mejor para los dos. Y digo lo mejor porque hay quienes quedan con lesiones cerebrales severas tras pasar por una situación así; pero sabía, mi corazón me lo decía, que si nos quedábamos era porque precisamente ibamos a poder dar testimonio fiel de su grandeza para con toda la humanidad...pese al pronóstico...mi bebé tuvo algunas complicaciones para respirar, pesaba solo 1.900, era tan pequeño, no lo pude tocar, era tan pequeño -mis ojos se llenan de lágrimas cada vez que revivo el momento- su fragilidad a flor de piel, no lloraba, la Doctora ángel nuevamente dos veces seguidas me pregunto si estaba segura de querer operarme para no volver a tener bebés y con firmeza le dije: sí...mientras apenas me enseñaban a mi bebé porque tenían que ayudarlo a respirar...era tan pequeño y hermoso; le dije: Adriel, aquí está tu mami, Adriel, hola bebé, te estábamos esperando, bebé tienes que ponerte bien...y bendito Dios empezó a llorar...quedito, quedito, parecía un gatito aprendiendo a maullar y se lo llevaron.

Nació el 7 de Junio después de las 18:00 horas y pese a lo que se esperaba, al día siguiente a esa misma hora, Luis Adriel, esa cosita tan pequeña estaba en mis brazos, esperando que su papá fuera por nosotros para regresar a nuestra casa, a Los Cabos...gracias Dios.

Gracias Dios porque pusiste en nuestro camino a tantos ángeles...gracias a mi familia, mis amigos, a Luis...Elvira que al día siguiente de que salimos me preparó un delicioso caldo!!!...a todos, porque sé, estoy segura que todos nos llevaron en sus oraciones, gracias Dios.

Hoy Luis Adriel pesa más de 4 kilos, casi cumple 4 meses, es un bebé tan tierno, risueño, adorable!!! gracias Dios, simplemente gracias Dios.